martes, 8 de marzo de 2016

EMPRENDIMIENTO FAMILIAR

Por Pablo Dominguez. Profesor de Dirección General en el PAD - Escuela de Dirección de la Universidad de Piura

Hace poco revisaba un artículo sobre estrategia y ejecución de la misma, cuando recordé la conversación sostenida con el chofer de taxi, cuyos servicios tomo con frecuencia.

Al preguntarle cuándo pensaba cambiar el auto, me
respondió que aún no pues tenía deudas con dos entidades financieras y debía esperar a terminar de pagar una de ellas.

Al indagar sobre el destino de los préstamos me comentó, de manera humilde, que tenía cinco taxis y diez moto taxis.  Es decir, tenía una pequeña empresa en la cual trabajaban sus tres hijos.

Ante esta agradable sorpresa quise poner a prueba el concepto de estrategia, así que le pregunte: ¿cómo se decidió a invertir, que estrategia puso en práctica?.  La respuesta fue muy sencilla: “como vivo en una zona marginal observé que las personas se habían acostumbrado a tomar moto taxis para todos sus desplazamientos, incluso aquellos que antes lo hacían a pie; así que decidí comprar moto taxis y darlos en alquiler diario”.

Luego nos dio unos números sencillos: la moto da 30 soles diarios y el auto 40; y el mantenimiento de la moto es más económico.

Es decir, nuestro amigo taxista no había seguido la regla “primero pensar (estrategia) y luego actuar”, sino “actuar y luego pensar”.  Lo cual, según la teoría y esquemas del “management”, no es la mejor manera de hacer negocios.  Sin embargo debemos aceptar que la mayoría de emprendimientos familiares en nuestro país empiezan de esta manera.

¿Entonces nuestros conceptos y esquemas de “management” no son siempre validos?  No, lo que debemos hacer es ayudar a estas familias emprendedoras a “pensar” sobre los pasos futuros a dar para asegurar el crecimiento y rentabilidad.  Es decir, identificar la estrategia implícita seguida en los inicios y a partir de las capacidades y recursos generados, plantear una estrategia futura a seguir, lo cual es un verdadero reto para ellos ya que implica dejar de lado la cómoda informalidad organizativa basada en la confianza y capacidad de control.

De otra forma su crecimiento será frenado por el aumento de complejidad y la necesidad de mayores capacidades administrativas, y tarde o temprano aparecerán los conflictos entre los miembros de la familia, trabajen o no en la empresa.

Volviendo a la estrategia y posterior ejecución.  Al parecer la realidad muestra que ambas, estrategia y ejecución, son un solo continuum, es hacer negocio.


No hay comentarios:

Publicar un comentario