Crecimiento contracorriente,
por Roberto Abusada
Siendo incluso más pesimista que el BCR y el MEF,
podemos aspirar a crecer 4,5%.
Tomado del diario El Comercio - Martes 11 de
agosto del 2015
El pasado martes, en su columna del diario El Comercio, Roberto
Abusada, escribio un simple pero completo analisis del crecimiento económico del país, el mismo que quiero compartir con ustedes, no si antes presentarlo brevemente. El Sr. Abusada es miembro del directorio desde 2014. Es director fundador del
Instituto Peruano de Economía. Es consultor independiente y actualmente es el
socio local de Global Source Partners. Es también miembro del directorio de GMD
S.A. y de GMP S.A. (subsidiarias de Graña & Montero S.A.A), y de numerosas
organizaciones sin fines de lucro. Fue Viceministro de Comercio, Viceministro
de Economía y principal asesor económico del Ministerio de Economía entre 1980 y
1983. También fue miembro del directorio del Banco Central de Reserva del Perú
y asesor del Presidente del Perú. En 1993 fue asesor principal del Ministerio
de Economía y Finanzas. Es economista de la PUCP y tiene un Ph.D. en Economía
por la Universidad de Cornell. Aca la nota completa:
Parece ya claro que este será un año en que
la tasa de crecimiento económico será un
decepcionante 2,5%, parecida a la del
año pasado en que la economía creció 2,3%. Nada comparable con el
crecimiento promedio de 5,4% registrado en los veinte años previos. Nos
preguntamos entonces si debemos acostumbrarnos a una nueva normalidad en que
aceptaremos tasas de crecimiento de entre 2% y 3%.
Tanto el gobierno como los analistas
económicos nos han colmado de explicaciones de esta desaceleración económica:
la caída en el precio de los minerales que exportamos, el menor crecimiento de
nuestros socios comerciales, la desaceleración de China, la proximidad de la
elevación de la tasa de interés de la Reserva Federal de EE.UU., el “ruido
político”, la proximidad de las elecciones, las trabas burocráticas, los
conflictos sociales, la caída de las expectativas de los empresarios;
¡pareciera que tenemos razones que explican más que el 100% del fenómeno de la
desaceleración!
Quienes tratan de ayudarnos a esclarecer lo
que le sucede a nuestra economía –entre ellos nuestro ministro de Economía– han
tratado de separar causas externas de causas internas, pero aun así no logran
convencernos del por qué la tasa de crecimiento es tan baja. Más aun, nos dice
que aunque la cosa viene fea, el Perú posee enormes fortalezas para resistir el
embate externo gracias a que tenemos un manejo macroeconómico excelente, una
deuda pública pequeña, reservas internacionales abundantes y un acceso
preferencial para nuestros productos en todo el mundo gracias a los tratados de
libre comercio.
Veamos la cosa desde un punto de vista más
simple. Examinemos qué le ha pasado a nuestra capacidad de crecer –aquello que
los economistas llaman crecimiento potencial–, es decir, averigüemos cuál es la
tasa a la que podemos crecer utilizando los recursos de capital físico y de
trabajo de manera que se pueda alcanzar la máxima tasa de crecimiento sin
recalentar la economía y generar inflación.
El Banco Central suele responder esta
pregunta periódicamente y nos dice que el potencial de crecimiento de la
economía ha disminuido significativamente desde un nivel de aproximadamente
6,5% que tenía hace unos tres años. El MEF nos dice que en el mediano plazo
puede ser 5,5%. Particularmente, creo que en la actualidad es más cercano a un
4,5%. Las razones por las cuales ya no podemos crecer como antes se explican
por la caída en la tasa de inversión que ha hecho que disminuya el total de
inversión como porcentaje del PBI. Están además las omnipresentes trabas
burocráticas y permisos muchas veces insalvables. De igual forma el empleo ha
venido creciendo más lentamente. Claramente, si los precios de los productos
que vendemos al exterior han bajado, entonces las empresas invertirán menos y
emplearán a un ritmo menor.
Pero en los cálculos del Banco Central
interviene también un importante ingrediente adicional: el crecimiento en la
productividad de la economía. Al parecer la productividad –que indica cuánto
más podemos producir con la misma cantidad de recursos– ya no crece como hace
cuatro o cinco años, cuando aumentaba año a año a una tasa del orden del 3%. Es
decir que más allá del crecimiento explicado por el aumento en la inversión y
el empleo, la productividad añadía 3 puntos a nuestra tasa de crecimiento. Nos
dicen que ahora la productividad añade al crecimiento solo algo más de 1 punto.
Puede ser que la productividad haya caído porque anteriormente la economía
aprovechó el hecho de que estuvo estancada por mucho tiempo y en ese “ponernos
al día” (y con la ayuda de maquinaria más moderna y mejores métodos de
trabajo), la productividad creció de manera impresionante, algo que ahora es
más difícil porque ya recuperamos buena parte de ese retraso.
Por lo tanto, y siendo incluso más pesimista
que el BCR y el MEF, la respuesta a la pregunta de cuánto podemos aspirar a
crecer es 4,5%.
Ahora bien, en esa caída de 6,5% a 4,5% están
ya incluidas todas la razones que usualmente se nos dan para explicar la
desaceleración: las vacas flacas, China que no crece y el viento en contra.
Ustedes preguntarán: entonces, ¿por qué crecemos 2,5% y no 4,5%?
Particularmente, no tengo una respuesta definitiva, pero hay una frase de
Séneca que puede echar algo de luz para descubrir la respuesta: “No hay viento
favorable para quien no sabe adónde va”.
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