viernes, 21 de marzo de 2014

LA OPORTUNIDAD DE NEGOCIO DE LOS MÓVILES USADOS

Existe una gran cantidad de dispositivos móviles que son descartados cada año por las manufactureras. El reciclaje es una de las opciones para evitar el aumento de la basura electrónica, pero también puede representar una buena oportunidad de negocio. 


Cada año se fabrican millones de dispositivos inalámbricos a nivel global. Ya que la vida de estos aparatos es muy corta, y muchos usuarios optan por cambiarlos cada cierto periodo de tiempo (se estima que cada dieciocho meses), la cantidad de dispositivos que no se venden o que son cambiados supone un gran reto de reciclaje para las grandes empresas.

¿Qué hacen las fábricas y distribuidoras con la mercancía que no se vende o que son devueltos? ¿Qué se hace con los dispositivos que han pasado a ser obsoletos?

Según un reciente informe del Servicio Geológico de Estados Unidos, sólo el 1% de los aparatos descartados u obsoletos son reciclados o renovados. Frente a este escenario se han creado empresas que compran el inventario que la industria no ha conseguido comercializar para reacondicionarlos y volver a ponerlos en venta a precios asequibles.

«Una compañía de tamaño medio podría generar cientos o miles de euros vendiendo estos activos», explica al diario Expansión Jesús Sardinero, presidente para Latinoamérica de PCS Wireless, firma estadounidense especializada en adquirir terminales nuevos o usados para revenderlos.

PCS Wireless tiene entre sus principales clientes a las grandes firmas multinacionales de dispositivos inalámbricos, como Motorola, Nokia, BlackBerry, Telefónica o Vodafone. Así mismo, el 80% de sus ventas están dirigidas a mercados de países en vía de desarrollo.

Según Sardinero, los móviles de segunda mano, obsoletos o defectuosos siguen teniendo un valor y pueden tener una segunda oportunidad en el mercado. «Trabajamos con empresas que reparan estos dispositivos usados para que puedan ser revendidos en mercados emergentes, ayudando con ello a cerrar la brecha digital», explica Sardinero.


Tomado de la edición on line del Diario GESTIÓN del 17/03/14 

lunes, 17 de marzo de 2014

¿QUÉ ES Y PARA QUÉ SIRVE EL CRECIMIENTO ECONÓMICO?

Por: Carlos Parodi.
Con frecuencia leemos que el Perú tiene las tasas de crecimiento económico más altas de América Latina. ¿Qué significa el crecimiento y de qué manera está vinculado con el bienestar de la población? El crecimiento económico significa producir más y se suele medir a partir de la tasa de variación porcentual con respecto del año previo; por ejemplo, en 2013 se estima un crecimiento de 5%, lo que quiere decir que se produjo 5% más que el año 2012.


El crecimiento se mide por el aumento en el Producto Bruto Interno (PBI) (1); el PBI es el valor de mercado de todos los bienes y servicios finales producidos en una economía durante un período de tiempo;(2) entonces, cuando el PBI aumenta significa que se produce más. Sin embargo, el aumento en el PBI es solo un medio y no un fin en sí mismo. El fin de cualquier estrategia es el desarrollo, es decir, el aumento en la calidad de vida de los habitantes de un país. Crecer es  producir más, desarrollar es mejorar la calidad de vida.

Veamos el detalle. El PBI no es un indicador de bienestar por una serie de razones, aunque sí puede estar conectado con el bienestar. Por ejemplo, en la medida que el PBI mide cuánto se produce, incluye la producción de cosas negativas (males) para el ser humano y para el medio ambiente; por ejemplo, producir más drogas o productos hechos por industrias contaminantes; ambos  aumentan el PBI, pues se produce más. En términos más simples, el PBI mide cuánto se produce, no cómo se produce ni qué efectos tiene, ni tampoco quién ni cómo lo produce. De ahí que el crecimiento económico sea solo un medio, pero no un objetivo último de un país.

¿Cómo se conectan el crecimiento con el aumento en la calidad de vida? En general a través de dos canales. En primer lugar, si se produce más, podría pensarse que siempreaumenta el empleo. Se sigue que más empleo lleva a mayor ingreso y por ende a mayor demanda por bienes y servicios que elevan el bienestar; pero, ¿es así? No necesariamente; por un lado, el avance tecnológico está originando que la mayor producción se logre con un uso más intensivo de máquinas y tecnología, pero no de personas; la consecuencia es que aumenta el PBI, pero no el empleo. Por otro lado, si los niveles de educación y salud son de baja calidad, no todas las personas son "empleables". Quieren trabajar, pero no tienen las competencias educativas ni el estado de salud para acceder al empleo, es decir, no están preparadas para tomar los empleos. De ahí que las reformas en los sectores de educación y salud  sean fundamentales para tener un capital humano que pueda sostener el crecimiento futuro.

En segundo lugar, como el crecimiento significa producir más, entonces lleva a un aumento de la recaudación tributaria y por ende de la capacidad de gasto del gobierno. ¿Qué ocurre si el gobierno no sabe cómo gastar los recursos que le "entrega" el crecimiento económico? ¿Y el sector informal que no paga impuestos? La consecuencia es que los aumentos en el PBI no se reflejan en el bienestar.

Las dos razones descritas explican por qué hay muchas economías con excelentes resultados económicos, pero pobres resultados sociales.

Además, el aumento en el PBI está acompañado de un aumento en la población. Por ello se suele usar el PBI por habitante como un indicador alternativo, que mide cuántos bienes y/o servicios podría comprar una persona en un año si los ingresos se dividieran en partes iguales. El uso del PBI por habitante tampoco es un indicador de bienestar pues no es verdad que el ingreso de un país se divida en partes iguales. La distribución del ingreso importa. Cuánto más desigual sean los ingresos en una economía, menor impacto del crecimiento económico sobre el bienestar. Y América Latina es la región más desigual del mundo, incluso que África.

El mensaje es el siguiente: El PBI es un indicador del avance productivo de un país, pero no uno de bienestar; para medir este último se necesitan otros indicadores, la tasa de pobreza (medida por diversos métodos), la tasa de mortalidad infantil, la proporción de hogares con acceso a agua potable y desagüe, la desigualdad de ingresos, el acceso a una educación de calidad, etc.  El tema está en que los resultados económicos no son iguales a los sociales. Los primeros son una condición necesaria, pero no suficiente para lograr los segundos.

De ahí que en la búsqueda de indicadores que unan lo económico con lo social, entidades como el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) desde 1990 publica el índice de Desarrollo Humano (IDH), que está compuesto por la esperanza de vida al nacer (3), la alfabetización de los adultos mayores de 25 años, el acceso a los tres niveles de educación y el ingreso promedio de un habitante del país, es decir, salud, conocimientos e ingresos. En el Informe correspondiente al año 2013, Perú ubica el puesto 77 de 186 países, mientras que los cinco primeros son Noruega, Australia, Estados Unidos, Países Bajos (Holanda) y Alemania. China, que entre los años 2001 y 2008 creció a una tasa promedio de 10.7% promedio anual, se ubica en el puesto 101. El crecimiento espectacular de China no se ha reflejado, como podría pensarse, en un desarrollo humano alto.


(1) También se mide a partir del PBI por habitante.
(2) Para fines del presente post no hago la distinción entre PBI nominal y real; entiéndase que hago referencia al PBI real.
(3) La esperanza de vida al nacer mide el número de años que un recién nacido viviría si las condiciones de salud prevalecientes en el momento de su nacimiento permanecieran durante toda su vida.


domingo, 16 de marzo de 2014

PERÚ DEJARÁ DE RECIBIR 7,000 VISITANTES EXTRANJEROS AL NO FORMAR PARTE DEL DAKAR 2015

Si bien la Cámara Nacional de Turismo lamentó la noticia de la no inclusión del Perú en la trayectoria del popular rally, la cantidad de visitantes extranjeros que se esperaba será compensada con la llegada de turistas para otros eventos de relevancia mundial.


La Cámara Nacional de Turismo (Canatur) informó que la no inclusión del Perú en la ruta del Rally Dakar 2015 es algo lamentable y se dejará de recibir 7,000 visitantes extranjeros pero eso será compensado por los 80,000 extranjeros de niveles altos de gasto que arribarán para participar en otros eventos.

“Entre organizadores, personal técnico y periodistas iban a arribar 5,000 visitantes extranjeros, y a eso hay que agregar 2,000 personas que arriban al Perú siguiendo el evento y compran paquetes turísticos, entonces no es que vengan tantos turistas con esto”, detalló el presidente de la Canatur, Carlos Canales, a Gestión.pe.

Si bien el Dakar permite colocar al marca Perú en los medios deportivos a nivel mundial, la Amaury Sport Organisation (ASO), organizador del Rally Dakar, no permitía mostrar el potencial turístico que tiene el Perú en la Amazonía, las regiones del norte o el Lago Titicaca.

Pese a ello, Canales no descartó que el Perú vuelva a formar parte de la ruta del Dakar para el 2016 o más adelante, ya que el 2015 se priorizará presupuesto a la organización de otros eventos de relevancia mundial que se realizarán durante el próximo año.

“El gobierno no tiene el monto que demanda organizar el Dakar, que son S/. 34 millones o US$ 14 millones, pero no podemos descartar que en años subsiguientes podamos estar”, dijo.

El presidente de Canatur explicó que ese presupuesto puede servir fácilmente para organizar hasta seis eventos deportivos de talla mundial o potenciar el rally Caminos del Inca, con el objetivo de hacerlo un evento de categoría internacional y se podría invitar a los 10 mejores pilotos a nivel mundial de este tipo de carreras.

“Además el Perú va a ser sede el 2015 de la Junta de Gobernadores del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial, y otros eventos de contexto macroeconómicos más importantes que el Dakar”, anotó.

En ese sentido, estimó que el 2015 arribarán al Perú aproximadamente 80,000 visitantes extranjeros con niveles de gasto altos, que podrían oscilar entre US$ 3,000 y US$ 5,000, los cuales compensarán la cantidad de visitantes que se dejará de recibir por el Dakar.


Tomado del Diario Gestión en su edición del 12 de Marzo del 2014