De un tiempo a esta parte, el apellido Añaños se ha hecho
popular. En los diarios, radio y televisión el sonido peculiar de este apellido
con más de una Ñ comenzó a volverse más frecuente. Y es que la que fuera una
familia de agricultores en Ayacucho, afectada por el terrorismo en la década de
los ochenta, hoy factura más de 300 millones de dólares en sus plantas de
gaseosas Kola
Real. Pero ellos prefieren el perfil bajo. La familia
conserva, según cuentan los pocos que han estado en contacto con ella en los
últimos tiempos, el espíritu religioso y la devoción por la Virgen María. Fue
un intento de asalto En el año 2002 en Huachipa, en las puertas de su fábrica,
lo que llevó a los Añaños a mostrarse lo menos posible ante la prensa. No
conceden entrevistas, no posan para fotografías. Han añadido al éxito, el
misterio.
La adversidad trae consecuencias. El que la
sufre, o se entrega a la derrota o se supera venciendo dificultades, superando
las trabas, los impedimentos. Esto último fue lo que hizo la familia Añaños, en
Ayacucho. Podía parecer una locura, pero ellos decidieron quedarse en esa
ciudad prácticamente tomada por la violencia. Decidieron hacer empresa en medio
de la incertidumbre. Cuando nadie se atrevía a invertir, ellos lo hicieron y
sin tener mucho capital lograron alcanzar el éxito.
La familia Añaños está
íntimamente ligada a Kola Real. La historia del grupo Añaños Jerí, es
bastante conocida a pesar de no ser los más poderosos ni los de mayor historia,
como sí lo son el grupo Romero y Brescia. Muchos estudiosos aseguran que el éxito
de esta familia se debe a sus estrategias de mercadeo, que los convirtieron de
una pequeña empresa familiar a una de las más grandes transnacionales del
Perú. Nombres que hacen referencia al grupo: Grupo AJE,
grupo Kola Real, Grupo Añaños Jerí, Grupo Añaños. Hace poco
tiempo, AJE emitió bonos, los cuales les llegaron a levantar US$300
millones de agentes extranjeros de Estados Unidos, Latinoamérica, Europa y
Asia, a una tasa anual de 6,50%, con vencimiento al 2022.
La historia de la familia Añaños es una de las
más impresionantes del país, todo comienza en 1988, en plena crisis económica y social que vivía
el Perú durante el primer gobierno de Alan García, época que se caracterizó por
una inflación generalizada y la violencia extrema por parte de los grupos
terroristas; Sendero Luminoso y el MRTA.
Eran tiempos difíciles para la familia Añaños Jerí, sin duda, y el terror que se vivía en aquel momento no les permitía vivir de su trabajo normal, la agricultura. Eso motivó al patriarca, Eduardo Añaños Pérez, a desplazarse de su natal San Miguel hacia Huamanga (ambas en Ayacucho). Su aguda mirada le permitió observar que la ciudad de Ayacucho quedaba aislada comercialmente, debido a los robos y saqueos que sufrían los camiones repartidores. Fue en ese contexto que él y su esposa Mirtha Jerí, junto con sus hijos Jorge, Ángel, Álvaro, Vicky, Arturo y Carlos decidieron reunir sus ahorros para lograr un crédito de 30.000 dólares. Este dinero sirvió para comprar maquinaria e insumos con lo cual fabricarían su producto emblemático: Kola Real. Al principio comercializaban gaseosas en botellas de cerveza, todo era muy artesanal.
Primero fue Ayacucho, después se extendió a
Huancayo, luego llegaron a Andahuaylas. El objetivo era ganarse un mercado en
estas provincias donde las grandes marcas internacionales aún no estaban
posicionadas. Sullana, Moyobamba, Tarapoto y Jaén fueron los siguientes lugares
conquistados por las nuevas gaseosas a bajo precio. Una característica
importante en ellos fue innovar y competir. Apostaron por bajar el precio de
sus productos. Estaban convencidos de que la única manera de ganarse un espacio
dentro del mercado de gaseosas, a nivel nacional, era con un buen producto
ofrecido a bajo precio. Hoy tienen más de 300 millones de dólares de
ingresos anualmente.
La primera máquina que adquirieron fue llamada
“El Atahualpa”, que se encuentra en una de sus numerosas plantas en Perú. Cabe
señalar, no obstante, que hubo ciertos factores que permitieron el despegue de
este grupo familiar, entre las que me permito destacar el aislamiento comercial
que tuvo el sur del Perú, los cupos que imponían los terroristas a todo aquel
que deseaba movilizarse por esas tierras y la formación profesional de los
hermanos Añaños (en su mayoría ingenieros), y entraron a la selva peruana y
así, de a pocos comenzaron a conquistar el interior del país hasta que llegaron
a Lima con su producto emblemático: Kola Real. Fue en
1997 cuando Kola Real llegó a Lima. Una vez que las provincias estaban
conquistadas, la mira tenía que estar puesta en la capital y así fue.
Casualidades del destino contribuyeron a que la marca se posicione en el
mercado. El Fenómeno de El Niño, que azotó nuestras costas en 1998 aumentó el
consumo de bebidas en el Perú y los bajos precios de Kola Real ayudaron a que
esta nueva marca entrara con facilidad al mercado limeño. En sólo un año
lograron obtener 6,6% del mercado de gaseosas de la capital.
En la capital, debieron enfrentarse con las
grandes empresas de gaseosas como Inca Kola, la bebida estandarte del Perú. En
medio de esta batalla, los Añaños toman la decisión de internacionalizar su marca, primero
en México y luego en otros países de América, Asia y Europa, demostrando que
cuando piensas en grande no tienes límites, en el 2010 se convirtió en el socio
estratégico regional del Fútbol Club Barcelona (España).
En los noventas se basó en una estrategia de liderazgo en costos, en un tiempo cuando el poder adquisitivo del peruano
promedio y del más pobre estaba por los suelos; sin embargo, ellos estuvieron
dispuestos a pagar “un
precio justo” por una buena gaseosa.
Hace un tiempo se originaron unas disputas
familiares en el grupo, lo cual causó gran revuelo porque es así como grandes
empresas se separan y terminan vendiéndose, como el caso de Wong. Pero, esta
familia supo manejar la situación llegando al siguiente acuerdo:
“El mayor de los hermanos, Jorge Añaños,
se queda con la marca Kola Real. También se le concede la exclusividad de las
ventas de los productos de AJEPER en el Perú. Y por si esto fuera poco, ningún
producto de AJEGROUP podrá entrar al mercado brasileño sin el consentimiento de
Jorge. Aunque se especula que este entrará al mercado carioca con su marca
insignia: Kola Real.
Arturo y Carlos Añaños se quedan con Ajegroup en Centro América y México, respectivamente. El jugoso mercado mexicano (el que más gaseosas consume en el mundo) quedará al mando, como ya mencionamos, de Carlos Añaños.
Arturo y Carlos Añaños se quedan con Ajegroup en Centro América y México, respectivamente. El jugoso mercado mexicano (el que más gaseosas consume en el mundo) quedará al mando, como ya mencionamos, de Carlos Añaños.
Ángel Añaños se quedaría a cargo del gigante mercado
asiático (esto incluye a Tailandia y, próximamente, China). Mientras que Álvaro se
quedaría con Venezuela y Ecuador. Vicky, por su lado, queda al mando de la
fundación Eduardo y Mirtha Añaños”.
Esto establece un protocolo familiar que
permite al grupo tomar decisiones sin interferir los unos con los
otros. La flota
de distribución de la compañía fue
formada por pequeños empresarios, de esta forma su inversión en los canales de
distribución fue mucho menor de la que esperaban. De esta forma sortearon una
barrera de entrada muy complicada, este ingenio estratégico hoy es motivo de estudio en
diversas compañías y universidades tanto nacionales como internacionales.
Para los Añaños contar con marcas propias,
como Kola Real, Agua Cielo o Sabor de Oro ha significado un punto a su favor.
Ellos pueden gracias a ello, ser más competitivos con los precios ya que no
tienen que pagar derechos por el uso de las franquicias de las grandes marcas
internacionales. Su eslogan lo dice todo: ofrecer calidad al menor precio.
Hay que saber en qué invertir y los Añaños
apostaron por una manera poco usual. Decidieron mantener bajos los niveles de inversión en publicidad.
Convirtieron el bajo precio en su mejor publicidad. Los resultados saltan a la
vista. Ahora ellos invierten quince veces menos en publicidad que la
competencia, dentro de su lógica de ahorro. Y con esa fórmula de ahorro,
previsión y decisiones rápidas, los Añaños de La Mar, en Ayacucho, avanzan en
su líquida conquista de las américas.
Mis queridos alumnos. Como han podido
comprender, las grandes marcas y las grandes historias, solo las fabrican
grandes personas o familias, como en este caso. Como dijo el Dalai Lama: "El éxito y el fracaso depende de la sabiduría y la
inteligencia, que nunca pueden funcionar apropiadamente bajo la influencia de
la ira"... Un abrazo y bendiciones para todos.